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Luigi Giussani

Luigi Giovanni Giussani nace el 15 de octubre de 1922 en Desio (pequeño municipio de Brianza al norte de Milán), hijo de Beniamino Giussani, delineante y tallista competente, y de Angelina Gelosa, trabajadora textil. La madre era una católica ferviente, el padre simpatizaba con las ideas socialistas. De su matrimonio nacerán también Livia (1925), Brunilde (1929), que morirá al año siguiente, Brunilde (1932) y Gaetano (1939).
Giussani hará referencia a sus padres durante toda su vida: los hechos de su vida e incluso los aspectos de su carácter serán indicados siempre como ejemplo de humanidad y de fe.

Desde 1928 a 1933 frecuenta la escuela elemental en Desio.

El 2 de octubre de 1933 entra en el seminario diocesano San Pedro Mártir de Seveso, en donde cursa los primeros cuatro años de la enseñanza secundaria (1933-1937).

En 1937 se traslada al seminario de Venegono, en donde pasa ocho años: completa el último año de enseñanza secundaria y cursa los tres años de bachillerato (1938-1941) y los seis de Teología (1941-1947). Permanecerá aquí hasta la mitad de los años Cincuenta.  

Durante el bachillerato, recibe de las enseñanzas de Giovanni Colombo –el futuro arzobispo de Milán– la pasión por la literatura y sobre todo por las poesías de Giacomo Leopardi, que producen en él una herida, como dirá el cardenal Joseph Ratzinger en la homilía de su funeral: «Don Giussani… desde el comienzo fue tocado, más aún, herido por el deseo de la belleza; no se contentaba con una belleza cualquiera, con una belleza banal: buscaba la Belleza misma, la Belleza infinita; y de este modo encontró a Cristo, y en Cristo la verdadera belleza, el camino de la vida, la verdadera alegría» (24 de febrero de 2005).
Durante los años de estudio de Teología, bajo la guía de maestros como Gaetano Corti, Carlo Colombo y Carlo Figini, el entusiasmo y los descubrimientos de la adolescencia encuentran un fundamento y una forma adecuados en una enseñanza que pone en el centro el acontecimiento de la Encarnación como cumplimiento de la espera del corazón del hombre y el método del encuentro como origen de una fe razonable. Don Giussani recordará que en él “todo se debe a la fidelidad a una enseñanza recibida de verdaderos maestros, que supieron hacerme asimilar una sólida tradición cristiana”.
Los años de seminario están marcados también por la relación con algunos compañeros de estudio, en especial Enrico Manfredini –el futuro arzobispo de Bolonia– y Guido De Ponti (que morirá poco antes de la ordenación sacerdotal), con los cuales da vida a un grupo denominado Studium Christi y a una publicación llamada Christus.
Durante el seminario se distingue por unos resultados brillantes en los estudios, documentados por las óptimas calificaciones al final de cada curso.

El 4 de noviembre de 1943 obtiene el bachillerato.
El 26 de mayo de 1945, un mes después del final de la Segunda Guerra Mundial, es ordenado sacerdote por el cardenal Ildefonso Schuster en la catedral de Milán.
El mes de marzo anterior había sido destinado por el rector de Venegono a permanecer en el seminario para continuar con los estudios y comenzar la docencia. Se especializa en el estudio de la teología oriental (especialmente de los eslavófilos), de la teología protestante americana y en la profundización de los motivos racionales de la adhesión a la fe y a la Iglesia.
Obtiene la licenciatura en Teología y comienza a dar clase en el seminario menor de Seveso.
En otoño de 1945 empieza a prestar servicio los sábados y domingos en la parroquia de un barrio popular en la periferia de Milán. La experiencia parroquial durará pocos meses: de hecho, enfermará enseguida por el frío del invierno, los traslados en tren y la habitación del seminario, que encuentra helada a su vuelta los domingos por la noche.
Comienzan largos periodos de convalecencia, sobre todo en Varigotti, en la costa ligur, en una residencia gestionada por religiosos, que se prolongarán hasta 1949.

A partir de 1950, recuperada la salud, retoma la enseñanza en el seminario; los sábados y domingos presta servicio pastoral en una parroquia del centro de Milán.

En 1951 empieza a publicar una serie de contribuciones científicas sobre el protestantismo y la ortodoxia.
Por su encuentro ocasional con algunos estudiantes de bachillerato madura en él el deseo de dedicarse a la educación de los jóvenes.

Desde 1953 es invitado a participar en el Consejo de Gioventù Studentesca, que agrupa a los estudiantes de bachillerato de la Acción Católica milanesa, implicándose primero con la rama femenina y después, vistos los buenos resultados, también con la masculina.

En junio de 1954 consigue el doctorado en teología con una calificación de 70/70, magna cum laude, defendiendo una tesis sobre Il senso cristiano dell’uomo secondo Reinhold Niebuhr (El sentido cristiano del hombre según Reinhold Niebuhr, ndt.).

A partir del curso escolar 1954/1955 enseñará religión en el liceo clásico Berchet de Milán, en donde permanecerá hasta 1967. Con el paso de los años enseñerá también en otros colegios milaneses. Lo anima el deseo de proponer la experiencia cristiana en el ambiente escolar como respuesta a las preguntas y a las exigencias de los jóvenes, que viven cada vez más en un contexto de progresiva hostilidad hacia la fe y la Iglesia católica.

El contenido de sus clases lo componen los temas que lo acompañarán –en una profundización continua– a lo largo de todo su itinerario humano y como educador: el sentido religioso y la razonabilidad de la fe, la hipótesis y la realidad de la revelación, la pedagogía de Cristo al revelarse, la naturaleza de la Iglesia como continuidad de la presencia de Cristo en la historia hasta hoy. Pero sobre todo será su persona lo que ejerza un atractivo tan grande que hará contemporáneo el anuncio cristiano a los jóvenes con los que se encuentre.

En 1955 recibe el nombramiento como asistente diocesano de Gioventù Studentesca.
Publica Risposte cristiane ai problemi dei giovani.
Instado por sus superiores a elegir entre el trabajo científico en la facultad de Teología y el compromiso entre los jóvenes de Milán, opta por esto último, manteniendo hasta 1957 su docencia en Venegono.
En 1956 deja su alojamiento en el seminario y se establece en Milán, inicialmente en vía Statuto, sede de GS.

En 1957 muere su padre de tuberculosis renal.
Ese mismo año implica a toda GS (Gioventù Studentesca) en la Misión ciudadana promovida por el arzobispo Giovanni Battista Montini –el futuro Pablo VI– con una carta para la cuaresma titulada Sul senso religioso (Sobre el sentido religioso, ndt.). Pocos meses después don Giussani publica Il senso religioso, primera versión de un texto cuya sucesivas ediciones profundizarán en los contenidos y las preocupaciones de aquel primer libro, publicado a cargo de la GIAC (Gioventù Italiana di Azione Cattolica).

Al frente de GS renueva su propuesta educativa, concibiéndola como una comunidad cristiana presente en la escuela. La novedad de método impresionó de forma especial al padre Maurice Cocagnac, director de la revista francesa Vie spirituelle.
Compromete a los estudiantes en un gesto de educación en la dimensión de la caridad denominado la “caritativa”, en la Bassa milanesa (periferia rural pobre de Milán).

Entre finales de los años 50 y comienzos de los años 60 publica tres pequeñas obras que sintetizan el corazón de su propuesta: G.S. Riflessioni sopra un’esperienza (1959), Tracce d’esperienza cristiana (1960) y Appunti di metodo cristiano (1964). Todas ellos se publican con el imprimatur eclesiástico.

Son los años de la difusión de Gioventù Studentesca en la diócesis de Milán y en Italia, y de las primeras experiencias misioneras, empezando por Brasil, primer ejemplo de jóvenes laicos que parten para la misión.
En 1960 y 1961 realiza dos viajes a Brasil, que están en el origen de la partida a ese país de los primeros seguidores de GS, por invitación de monseñor Arístides Pirovano, obispo de Macapá, y del empresario Marcello Candia.

Desde el curso académico 1964/1965 enseña Introducción a la Teología en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán, cátedra que mantendrá hasta 1990, cuando deje la docencia al alcanzar la edad de jubilación.

En 1964 empieza a reunirse en torno a don Giussani el primer núcleo de lo que será más tarde la realidad de los Memores Domini (laicos que deciden consagrarse a Dios en la virginidad).
Se implica con un grupo de jóvenes licenciados que han dado vida al Centro cultural Charles Péguy.

La difusión de GS provoca incomprensiones y dificultades en la diócesis de Milán.

En 1965, coincidiendo con la intensificación de las tensiones, y después de algunos meses de estancia en Estados Unidos para conocer las formas del asociacionismo parroquial, deja la guía de GS, en la que comienzan a notarse los signos de una crisis que culminará en 1968, cuando sean muchos los que dejen este grupo para adherirse al Movimiento estudiantil, realidad que se puso a la cabeza de la contestación en las universidades y en las escuelas italianas.

En 1968, durante una serie de encuentros con algunos Memores Domini, sacerdotes y adultos que ha permanecido ligados a don Giussani a través del Centro cultural Charles Péguy de Milán, establece las bases para retomar la experiencia original de lo que será el movimiento de Comunión y Liberación.

En 1969 aparece por primera vez el nombre «Comunión y Liberación» en un manifiesto escrito por algunos estudiantes en la Universidad de los Estudios de Milán, que intuyeron y retomaron la idea inicial de la que había nacido GS.
Desde comienzos de los años ’70 se implica directamente con un grupo de estudiantes de la Universidad Católica.
Publica Teologia protestante americana: Profilo storico en la editorial del seminario de Venegono.
Publica Reinhold Niebuhr en la editorial Jaca Book.

En 1971 acompaña el nacimiento del monasterio benedictino de la Cascinazza (Milán).
Conoce al teólogo suizo Hans Urs von Balthasar, gracias al cual también conocerá a Joseph Ratzinger.

En 1973 conoce en Polonia el arzobispo de Cracovia Karol Wojtyła.

En 1974, a petición de la Secretaría de la Conferencia Episcopal Italiana, compromete al movimiento en la campaña del referéndum contra el divorcio.

El Domingo de Ramos de 1975 participa junto a todo el movimiento de CL en el encuentro promovido por Pablo VI, que le dice en una conversación privada al término de la celebración litúrgica en la plaza de San Pedro: “Ánimo, este es el camino justo. Siga adelante así”.

En una serie de encuentros que se desarrollan durante 1976, Giussani evidencia una situación de dificultad que se ha creado en la vida de CL: “Un acontecimiento que generar, no una organización que idear”. Las preocupaciones de Giussani encuentran su culmen en el Equipe de los universitarios de CL de septiembre de 1976, que marca un hito en la historia del movimiento. Desde ese momento, durante al menos veinte años, los Equipe del CLU serán punto de referencia para toda la vida de Comunión y Liberación. Las transcripciones de tales encuentros han sido publicadas por Rizzoli en la Serie “L’Equipe” (2006-2014).

En 1977 publica Il rischio educativo, en el que aprovecha las reflexiones de sus más de veinte años de experiencia como educador, primero en el liceo y después en la universidad. Será uno de los libros más leídos de don Giussani, con múltiples reediciones.

La elección de Juan Pablo II marca la profundización de una relación con Karol Wojtyla que había comenzado en Polonia en 1971. El 18 de enero de 1979 Giussani es recibido en audiencia por Juan Pablo II. Durante algunos años don Giussani visitará al Papa con grupos de jóvenes con ocasión de los llamados «cumplemeses» del Pontífice, en el Vaticano y en Castel Gandolfo.
El 31 de marzo acompaña a los universitarios de CL a la primera audiencia con Juan Pablo II.

En 1981, a solicitud de la Conferencia Episcopal Italiana, compromete al movimiento en la campaña del referéndum contra el aborto.
En el mismo año, junto al polaco Józef Blachnicki, fundador del movimiento Luz y Vida, organiza en Roma el primer congreso internacional de movimientos eclesiales.
 

El 11 de febrero de 1982 el Pontificio Consejo para los Laicos reconoce oficialmente la Fraternidad de Comunión y Liberación, de la que don Giussani se convierte en presidente.

Ese mismo año, en vísperas del Meeting por la amistad entre los pueblos (evento cultural de carácter internacional que tiene lugar en Rímini cada año a finales de agosto) es recibido en audiencia privada por Juan Pablo II. Estará presente en el Meeting por la amistad entre los pueblos con ocasión de la visita del Pontífice.
También intervendrá en el Meeting en 1983 y en 1985.

En 1983 muere su madre.
Don Giussani es nombrado monseñor por Juan Pablo II, con el título de prelado de honor de Su Santidad.

En 1984 guía la peregrinación de Comunión y Liberación a Roma, con ocasión de la audiencia de Juan Pablo II con motivo del 30 aniversario del movimiento.

En 1985 es nombrado consultor del Pontificio Consejo para los Laicos.
Participa en Ávila en una convivencia de la asociación cultural Nueva Tierra, entre cuyos responsables estaba Julián Carrón. En septiembre Nueva Tierra se adhiere a CL.
Junto con gran número de sacerdotes de CL es recibido en audiencia por Juan Pablo II.
Acompaña el nacimiento de la Fraternidad sacerdotal de los misioneros de San Carlo Borromeo.

En 1986 se publica Il senso religioso: Volume primo del PerCorso en la editorial Jaca Book.
Ese mismo año, realiza una peregrinación a Tierra Santa.

En 1987 participa en el sínodo de los obispos sobre los laicos como miembro de designación pontificia e interviene con una contribución titulada “Dal Battesimo una creatura nuova” (publicado ahora en L’avvenimento cristiano: Uomo Chiesa Mondo).
Interviene en una asamblea de la Democracia Cristiana de Lombardía en Assago (Milán).
El alcalde de Nagoya, en Japón, lo invita a dar una conferencia sobre el sentido religioso. En tal circunstancia conoce a uno de los dirigentes del budismo japonés, el profesor Shodo Habukawa, con el que entabla una profunda amistad.

En 1988 la Santa Sede reconoce la personalidad jurídica de los Memores Domini como Asociación eclesial privada universal.
A invitación del cardenal Carlo Maria Martini, interviene en la peregrinación diocesana al santuario de Caravaggio.
Publica All’origine della pretesa cristiana: Volume secondo del PerCorso en la editorial Jaca Book.

En 1990 publica el primer tomo de Perché la Chiesa: Volume terzo del PerCorso en la editorial Jaca Book. El segundo tomo verá la luz en 1992.

En 1991 se somete a una operación para la extirpación de un tumor. Aparecen los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson.

En octubre de 1992 guía la peregrinación a Lourdes con motivo del décimo aniversario de la Fraternidad de CL.

En 1993 publica su primer libro en la editorial Rizzoli, L’avvenimento cristiano: Uomo Chiesa Mondo. También en Rizzoli dirige la colección «los libros del espíritu cristiano». Desde ese momento sus textos serán reeditados o editados ex novo en Italia sobre todo por Rizzoli, pero también por San Paolo, Marietti, SEI y Piemme. Traducidos a numerosas lenguas, se difundirán por todo el mundo.

En 1994 es nombrado consultor de la Congregación para el Clero.
Es recibido en audiencia privada por Juan Pablo II.
Publica Si può vivere così?: Uno strano approccio all'esistenza cristiana en la editorial Rizzoli.

En 1995 implica a los responsables de CL en España en la dirección de la Comisión internacional del movimiento.
Participa en un encuentro con Jean Guitton en la Universidad Complutense de Madrid.
Recibe el Premio Internacional Cultura Católica de Bassano del Grappa.
Comienza a publicar con cierta frecuencia artículos en periódicos italianos, desde Il Giornale o La Repubblica al Corriere della Sera.

Desde 1997 dirige la colección musical «Spirto Gentil», realizada de acuerdo con Deutsche Grammophon y otros sellos discográficos.

El 11 de diciembre de 1997 se presenta en la sede de la ONU en Nueva York The Religious Sense, la edición inglesa de Il senso religioso.  Por invitación del Observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas, monseñor Renato Martino, intervienen un monje budista (Shinghen Takagi), un músico judío (David Horowitz) y un teólogo católico (David Schindler). Ante tal acontecimiento, don Giussani hablará de un «nuevo inicio» en la vida de todo el movimiento de CL.
En los años sucesivos, e incluso después de su muerte, serán cientos los encuentros de presentación de sus libros en Italia y en todo el mundo.

El 30 de mayo de 1998 interviene con un testimonio personal durante el encuentro que mantiene Juan Pablo II en la plaza de San Pedro con los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades.
Ese mismo año, junto con Stefano Alberto y Javier Prades, publica Generare tracce nella storia del mondo: Nuove tracce di esperienza cristiana en la editorial Rizzoli.
Es sometido a una intervención quirúrgica para extirparle un tumor.

En 1999 se presenta en la sede de la ONU de Nueva York At the Origin of the Christian Claim, edición inglesa de All’origine della pretesa cristiana.
Con ocasión de la apertura de la Puerta Santa, inicio del Año Santo, escribe el artículo L'uomo colmo di dolore e di certezza para el periódico del Comité del Jubileo.

Con un artículo en La Repubblica, el 15 de marzo de 2000, defiende a Juan Pablo II, criticado por sus mea culpa.   

En 2001 es premiado con ocasión de la décima edición de la Corona Turrita, el reconocimiento que dispensa la ciudad de Desio a sus ciudadanos ilustres.

El 11 de febrero de 2002, con motivo del 20 aniversario del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación, Juan Pablo II escribe a don Giussani una larga carta autógrafa en la que, entre otras cosas, afirma: “El movimiento ha querido y quiere indicar no un camino, sino el camino para llegar a la solución de este drama existencial […]. El cristianismo, antes que ser un conjunto de doctrinas o de reglas para la salvación, es el ‘acontecimiento’ de un encuentro”.
El 15 de octubre, con ocasión del 80 cumpleaños de don Giussani, el Papa le envía una carta autógrafa.
Ese mismo año, la presidenta de la Provincia de Milán, Ombretta Colli, concede a don Giussani el premio Isimbardi Medalla de oro de Reconocimiento.

En 2003, en la Georgetown University de Washington (EE.UU.), tiene lugar un congreso internacional sobre Il rischio educativo de don Giussani, que se abre con la lectura de un mensaje suyo a los participantes en el congreso.
Recibe el Premio Macchi, que la Asociación de Padres de Escuelas Católicas concede a quienes se distinguen en el campo de la educación.
Por los funerales de los militares italianos caídos en el atentado de Nassiriya, firma el editorial del TD2 RAI del 18 de noviembre.

En enero de 2004, con ocasión del 50 aniversario del nacimiento de Comunión y Liberación, envía una carta a Juan Pablo II, que responderá el 22 de febrero.
Obtiene del arzobispo de Madrid que Julián Carrón se traslade a Milán para colaborar con él en la dirección del movimiento.
Durante la quinta edición de la fiesta del Estatuto de la Región Lombardía, resulta premiado con el Sello Lombardo, que se concede a los ciudadanos que se distinguen por méritos sociales especiales.
El 16 de octubre, con ocasión de la peregrinación a Loreto por el 50 aniversario de CL, escribe la última carta dirigida al movimiento.
El 24 de diciembre firma el editorial navideño del TD2 de la RAI.
Al final de diciembre su situación física sufre un rápido empeoramiento.

El 18 de febrero de 2005, informado de que su situación se agrava, Juan Pablo II le envía un telegrama invocando la protección de la Virgen María Salus Infirmorum.
El 22 de febrero Giussani muere en su residencia de Milán.
Su funeral es celebrado en la catedral de Milán por el entonces cardenal y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe Joseph Ratzinger, como enviado personal de Juan Pablo II.

Enterrado en el Famedio del Cementerio Monumental de Milán, en donde reposan los ciudadanos ilustres de la ciudad, es trasladado en 2008 a una capilla de nueva construcción en el mismo cementerio.
Desde el día de su sepultura, su tumba es meta de continuas peregrinaciones desde Italia y desde todo el mundo.

El 22 de febrero de 2012, al término de la eucaristía celebrada en la catedral de Milán en el séptimo aniversario de la muerte de don Giussani, don Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, comunica que ha presentado la solicitud de apertura de la causa de beatificación y de canonización del sacerdote. La instancia es aceptada por el arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola.

[Para más información: Savorana, Alberto. Luigi Giussani: Su vida. Ediciones Encuentro, 2015]